El aceite: símbolo universal de vida y espiritualidad
Aceites Vegetales, símbolo al mismo tiempo de fecundidad, pureza y luz, existe desde los albores de la humanidad. De hecho, en todas las civilizaciones y religiones, ha estado presente en cada etapa de nuestra existencia terrenal.
Por ejemplo, su uso ha sido esencial en múltiples ámbitos:
- En la alimentación, como fuente de energía.
- En la iluminación, en forma de lámparas de aceite, lamparillas y mariposas.
- En la salud, a través de masajes y curas naturales.
- En la belleza y en el cuidado del hogar, como en la limpieza y protección de muebles.
Asimismo, los aceites vegetales ocupan un lugar privilegiado en nuestra vida espiritual. Desde el sacramento del bautismo, cuando somos recién nacidos, hasta la extremaunción, que marca el final de nuestro camino, el aceite acompaña los rituales más significativos de la vida humana.
La elaboración tradicional de aceites vegetales: un arte en vías de extinción
Hasta principios del siglo XX, el aceite era considerado un concentrado de luz y energía, extraído de la semilla mediante métodos nobles y tradicionales, como las almazaras con muelas de piedra. Este proceso artesanal respetaba al máximo las cualidades nutricionales y terapéuticas del producto final.
No obstante, con el paso del tiempo, esta tradición se ha visto amenazada. En la actualidad, las grandes industrias alimentarias han logrado transformar el aceite en una simple materia grasa líquida, desprovista de nutrientes y de cualquier propiedad terapéutica.
Mediante un sinfín de procedimientos químicos agresivos, se obtiene un producto vacío, en contraste con la riqueza natural del aceite artesanal.
La industria actual: cantidad sobre calidad
Bajo la excusa de la rentabilidad, la industria prioriza la cantidad. Como consecuencia, obtenemos un aceite incoloro, inodoro e insípido, en perjuicio de la calidad. El aceite tradicional, por el contrario, destaca por ser untuoso, exquisito y aromático, con un sabor que varía según el tipo de semilla, además de ser luminoso y dorado.
Lamentablemente, al menos el 90 % de la población utiliza aceites altamente adulterados, sin ser conscientes del impacto que esto tiene en su salud y bienestar.
Recuperar la esencia de los aceites vegetales: una necesidad urgente
Por todo lo anterior, si deseamos incorporar en nuestra dieta un aceite que sea verdaderamente nutritivo y beneficioso para la salud y la belleza, debemos optar por productos de calidad irreprochable. Esto implica buscar aceites:
- No refinados
- De primera presión en frío
- Obtenidos de semillas maduras, cultivadas bajo los principios de la agricultura ecológica
En definitiva, ya es hora de recuperar la calidad de este producto esencial y devolverle el lugar de honor que históricamente le corresponde.
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